La tensión política en Bolivia alcanzó un nuevo punto álgido cuando simpatizantes del presidente Luis Arce y del expresidente Evo Morales se enfrentaron violentamente en La Paz. Este incidente ocurrió mientras representantes de diversos partidos políticos discutían la posibilidad de suspender las elecciones primarias internas con miras a los comicios presidenciales de 2025.
El conflicto se desarrolló frente al Tribunal Supremo Electoral (TSE), donde partidarios de ambos líderes intercambiaron agresiones con objetos contundentes. La policía tuvo que intervenir para separar a los grupos y restablecer el orden.
Este enfrentamiento refleja la creciente división dentro del partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS). La pugna entre los seguidores de Arce y Morales ha ido escalando desde el año pasado, afectando la unidad del partido y su capacidad para gobernar eficazmente.
La reunión en el TSE, a la que asistieron representantes de todas las fuerzas políticas del país, incluyendo a Evo Morales y a la ministra de la presidencia María Nela Prada en representación de Arce, tenía como objetivo discutir la suspensión de las primarias internas de cada partido debido a limitaciones de tiempo.
Este episodio se suma a la compleja situación política que vive Bolivia, incluyendo un reciente intento de golpe de Estado cuestionado por algunos sectores. La división en el oficialismo plantea interrogantes sobre quién liderará el MAS en las próximas elecciones, con Morales expresando su intención de postularse nuevamente y especulaciones sobre una posible candidatura de Arce.
La propuesta de suspender las primarias quedó pendiente de resolución, sujeta a la posición de los aliados de Morales y a una eventual aprobación en el Congreso.