Marcelo Pérez, sacerdote católico y defensor de los derechos de los pueblos indígenas en el sur de México, fue asesinado a tiros el pasado domingo tras oficiar una misa en el estado de Chiapas, según informaron las autoridades locales. El ataque ocurrió en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, donde dos hombres armados en una motocicleta le dispararon mientras se encontraba dentro de su vehículo.
Pérez, quien llevaba más de 20 años en el sacerdocio, era ampliamente conocido por su papel como mediador en conflictos sociales y por su apoyo a comunidades indígenas y campesinas afectadas por la violencia y el crimen organizado. Su incansable labor a favor de los derechos de los más vulnerables le había ganado reconocimiento tanto en México como a nivel internacional.
La labor de activismo social de Pérez también lo convirtió en blanco de amenazas, lo que llevó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a otorgarle medidas de protección desde 2015. Sin embargo, estas resultaron insuficientes para proteger su vida, como lamentó la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, calificando el asesinato como “inaceptable” y exigiendo una investigación exhaustiva.
La Iglesia Católica y diversas organizaciones sociales se unieron al clamor por justicia, solicitando al gobierno garantizar la seguridad de los sacerdotes que trabajan en zonas de riesgo. El cardenal Felipe Arizmendi destacó el compromiso de Pérez con la justicia y la paz, especialmente en comunidades como Simojovel y Pantelhó, donde acompañaba a las víctimas de la violencia.
El estado de Chiapas ha sido escenario de crecientes tensiones sociales desde el levantamiento zapatista en 1994, y en los últimos años, los enfrentamientos entre grupos armados, incluidos los cárteles de Sinaloa y Jalisco, han incrementado la violencia en la región. En medio de este contexto, Pérez lideró múltiples marchas y peregrinaciones por la paz, denunciando la situación crítica de su estado.
Con su asesinato, la ONU ha documentado al menos siete homicidios de activistas en México en lo que va de 2024, reflejando el grave clima de inseguridad en el país.