Un estudio reciente ha revelado un nuevo uso potencial para un fármaco comúnmente utilizado para la tos: el Ambroxol. Investigadores del Lawson Health Research Institute observaron que este medicamento, conocido por su efectividad en problemas respiratorios, podría ayudar a ralentizar el daño cerebral en personas con demencia asociada al Parkinson.
Durante un ensayo clínico de un año, 55 pacientes fueron monitoreados tras recibir dosis diarias de Ambroxol o un placebo. Los resultados, publicados en la revista JAMA Neurology, mostraron que quienes tomaron el medicamento mantuvieron estables sus funciones cognitivas y síntomas psiquiátricos. Incluso se observaron mejoras en quienes tienen variantes genéticas de alto riesgo.
Ambroxol logró alcanzar niveles terapéuticos en el cerebro y mostró efectos positivos sobre un biomarcador llamado GFAP, vinculado al daño neurológico. Mientras tanto, el grupo que recibió placebo experimentó un empeoramiento de los síntomas.
Este avance es especialmente relevante porque, actualmente, existen muy pocas opciones seguras y accesibles para frenar la progresión de la demencia por Parkinson. La enfermedad afecta a casi la mitad de quienes padecen Parkinson en los primeros 10 años de diagnóstico, provocando pérdida de memoria, alucinaciones y otros síntomas que impactan tanto a pacientes como a sus familias.
Aunque Ambroxol está aprobado en Europa para tratar afecciones respiratorias, aún no ha sido autorizado para este nuevo uso en Canadá o Estados Unidos. Sin embargo, su historial de seguridad, incluso durante el embarazo, lo posiciona como un candidato prometedor.
El efecto protector del Ambroxol podría deberse a su influencia sobre la enzima GCase, esencial para el buen funcionamiento de las células cerebrales. En personas con Parkinson, los niveles bajos de esta enzima pueden acelerar el deterioro neuronal. Este hallazgo abre nuevas posibilidades terapéuticas que podrían transformar el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
