Una reciente investigación científica ha revelado que dos medicamentos utilizados comúnmente para tratar el cáncer podrían tener un efecto transformador en la lucha contra el alzhéimer. El estudio, llevado a cabo por expertos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y los Institutos Gladstone, encontró que esta combinación farmacológica logró revertir síntomas similares al alzhéimer en ratones de laboratorio.
El equipo de investigación partió analizando cómo la enfermedad afecta la actividad genética en el cerebro, y luego comparó estos patrones con los efectos de más de 1,300 fármacos ya aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Buscaban identificar medicamentos capaces de contrarrestar los cambios moleculares en las neuronas y células gliales, que son fundamentales en el desarrollo del alzhéimer.
Para validar sus hallazgos, los científicos revisaron millones de historiales médicos anonimizados. Observaron que personas tratadas previamente con algunos de estos fármacos oncológicos tenían una menor incidencia de alzhéimer, lo cual reforzó la hipótesis generada por los análisis computacionales.
Finalmente, al probar los dos fármacos más prometedores en ratones con características similares a la enfermedad, los resultados fueron impactantes: no solo se redujo el deterioro cerebral, sino que también se recuperaron funciones de memoria. Este avance representa una señal positiva hacia la posibilidad de tratamientos más eficaces para una condición que afecta a millones de personas en el mundo.
La Dra. Marina Sirota, una de las líderes del estudio, destacó que el uso de modelos computacionales avanzados permitió encontrar una nueva alternativa terapéutica basada en medicamentos ya existentes, lo cual podría acelerar su aplicación clínica en humanos.
El estudio fue publicado en la revista Cell y financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. y la Fundación Nacional de Ciencias. Aunque los ensayos en humanos aún están pendientes, este descubrimiento ofrece esperanza real en el desarrollo de nuevos enfoques para tratar el alzhéimer.
