Un reciente estudio de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) reveló que casi el 90% de los adultos en Estados Unidos presenta algún factor de riesgo relacionado con el Síndrome Cardiovascular-Renal-Metabólico (CKM), una condición médica que conecta el corazón, los riñones y el metabolismo.
A pesar de su alta prevalencia, la mayoría de las personas aún desconoce su existencia.
El síndrome CKM combina enfermedades como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y los problemas renales, que al interactuar entre sí aumentan de forma considerable la posibilidad de sufrir infartos, derrames cerebrales o insuficiencia cardíaca. Sin embargo, los expertos destacan que adoptar hábitos saludables y recibir atención médica preventiva puede revertir gran parte de estos riesgos.
El Dr. Eduardo Sanchez, director médico de prevención de la AHA, explicó que es común que las personas tengan varios factores de riesgo simultáneamente, lo que hace fundamental comprender cómo están interconectados. Según la encuesta, una vez que se explicó el concepto de salud CKM, tres de cada cuatro participantes mostraron interés en aprender más sobre esta condición y cómo prevenirla.
La salud CKM refleja cómo el funcionamiento del corazón, los riñones y el metabolismo están entrelazados. Cuando uno de estos sistemas se ve afectado, puede alterar a los otros, generando un ciclo que compromete la salud integral. Para enfrentar este problema, la Asociación del Corazón planea publicar en 2026 las primeras guías médicas oficiales para el manejo conjunto del síndrome.
Entre los hallazgos más destacados, solo el 12% de los adultos había escuchado antes sobre el término CKM, aunque la mayoría reconoció la importancia de entenderlo. Además, el 68% de los encuestados consideró que tratar cada enfermedad por separado era suficiente, una percepción que los especialistas buscan cambiar mediante un enfoque integral de la salud.
La Iniciativa de Salud CKM™, lanzada por la AHA, busca promover la educación y prevención, alentando a las personas a realizar controles regulares de presión arterial, colesterol, peso, azúcar en sangre y función renal. Con más información y atención coordinada, se espera reducir el impacto de este síndrome que ya afecta a millones de adultos en el país.
