Durante las noches de abril, Júpiter, el gigante de nuestro sistema solar, se deja ver con facilidad en el cielo occidental tras la puesta del sol. Su brillo imponente lo convierte en una joya celestial que, por un par de horas, adorna el firmamento antes de desaparecer en el horizonte.
En este contexto, una fotografía capturada por el telescopio espacial James Webb —y publicada por la NASA en agosto de 2022— ha vuelto a cautivar a la comunidad científica y astronómica, al ser considerada una de las imágenes más detalladas y asombrosas jamás tomadas del planeta.
Una vista sin precedentes
La imagen muestra un Júpiter lleno de vida: desde intensas tormentas y vientos huracanados hasta auroras brillantes y una atmósfera con condiciones extremas de presión y temperatura. Uno de los detalles más llamativos es la Gran Mancha Roja, que aparece como una zona brillante, indicando que está a gran altitud y refleja gran cantidad de luz solar, al igual que otras nubes altas del planeta.
Además, la imagen permite observar los tenues anillos de Júpiter y dos de sus pequeñas lunas: Amaltea y Adrastea. De fondo, incluso pueden distinguirse galaxias lejanas, lo que resalta la increíble capacidad del telescopio Webb para captar múltiples detalles en una sola toma.
Tecnología infrarroja para ver lo invisible
Estas vistas fueron posibles gracias a la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) del telescopio James Webb. Como la luz infrarroja no es perceptible por el ojo humano, los datos recolectados fueron procesados y traducidos al espectro visible, generando una imagen que revela detalles ocultos del planeta.
Este logro no solo nos ofrece una mirada más profunda a Júpiter, sino que demuestra el enorme potencial del telescopio James Webb para estudiar los planetas del sistema solar y explorar el universo con una claridad nunca antes alcanzada.