Lyle y Erik Menéndez, los hermanos condenados a cadena perpetua por el asesinato de sus padres en 1989, podrían estar cerca de obtener su libertad si prospera una reciente solicitud para reabrir su caso. Dos abogados constitucionalistas, Ángel Leal y Rafael Peñalver, dialogaron con la Voz de América (VOA) sobre la posibilidad de resentencia para los hermanos Menéndez, cuya historia impactó al público y fue ampliamente cubierta en los medios.
El abogado Ángel Leal, quien recién comenzaba su carrera en leyes en Florida cuando se dictó la sentencia, recuerda vívidamente el impacto del caso. “¡Cómo no recordarlo!”, exclama. Rafael Peñalver también recuerda cómo el juicio fue transmitido por televisión y capturó la atención nacional. “Era una historia cada vez más espeluznante,” comenta Peñalver.
El 20 de agosto de 1989, los hermanos Menéndez irrumpieron en su hogar mientras sus padres, José y Kitty Menéndez, descansaban en la sala, y les dispararon con armas de alto calibre. Durante su defensa en el juicio, los hermanos argumentaron que el crimen fue motivado por el temor de que sus padres los asesinaran para evitar que se supiera del supuesto abuso sexual que Erik habría sufrido por parte de su padre.
Con Lyle de 21 años y Erik de 18 en el momento de los hechos, fueron condenados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Sin embargo, esta semana, el fiscal de distrito de Los Ángeles, George Gascón, anunció frente a familiares de los hermanos que su oficina recomendaría que la sentencia se reduzca a entre 50 años y cadena perpetua, lo que permitiría su acceso inmediato a la libertad condicional, dada su edad al momento del crimen.
“Creo que, legalmente, es apropiado volver a sentenciar,” declaró Gascón en una conferencia de prensa. La Fiscalía del condado de Los Ángeles presentó la solicitud de resentencia a un juez para su revisión el viernes pasado, lo que podría marcar un giro decisivo en este caso emblemático.