La Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado la misión Hera, una nave espacial que ha comenzado un viaje de dos años hacia el asteroide Dimorphos, objetivo de una misión previa de la NASA. Hera tiene como propósito analizar el impacto que la nave Dart de la NASA generó en este cuerpo celeste en 2022, en lo que se considera la segunda fase de una prueba de defensa planetaria para desviar asteroides potencialmente peligrosos.
Lanzada desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un cohete de SpaceX, Hera busca obtener información detallada sobre el estado actual del asteroide y medir la efectividad de la colisión previa. Esta misión forma parte de un esfuerzo internacional para desarrollar métodos que permitan proteger a la Tierra de posibles impactos cósmicos en el futuro.
El primer intento de desviar un asteroide tuvo lugar en septiembre de 2022, cuando la nave Dart de la NASA impactó deliberadamente a Dimorphos, logrando cambiar su órbita alrededor de su compañero más grande, Didymos. Este experimento demostró que es posible desviar la trayectoria de un objeto espacial con suficiente antelación si se detecta una amenaza real.
Los científicos ahora esperan que Hera aporte datos precisos sobre cómo fue afectado Dimorphos tras el impacto. La misión investigará si la nave Dart creó un cráter, alteró significativamente la superficie del asteroide, o incluso modificó su forma. Antes del choque, Dimorphos tenía un aspecto similar a un platillo volador, pero después del impacto, parece haberse transformado en una estructura con forma de frijol, según comentó Derek Richardson, astrónomo de la Universidad de Maryland y colaborador del proyecto.
El golpe de Dart generó una nube de escombros que se extendió más de 10,000 kilómetros en el espacio, y algunas de estas rocas y fragmentos podrían seguir orbitando cerca del asteroide. Esto plantea un desafío adicional para Hera, que deberá navegar con precaución para evitar posibles colisiones, indicó Ignacio Tanco, director de vuelo de la misión.
“Nos adentramos en un entorno que no conocemos con exactitud, pero eso es precisamente lo que buscamos investigar”, explicó Tanco.
El costo de la misión Hera se estima en 400 millones de dólares (unos 363 millones de euros) y ha sido descrita por los responsables de la ESA como una “investigación de la escena del impacto”. Según Ian Carnelli, jefe del proyecto, “Hera está regresando al lugar del choque para recopilar toda la información científica y técnica que nos ayudará a planificar futuras misiones de desvío de asteroides”.
Con esta misión, la ESA y la NASA continúan avanzando en su colaboración para fortalecer la defensa planetaria y desarrollar tecnologías que algún día podrían salvar al planeta de un desastre de proporciones cósmicas.