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Fuentes de proteína más sostenibles si quieres reducir carnes y lácteos

Fuentes de proteína más sostenibles si quieres reducir carnes y lácteos

Cada vez más personas están reconsiderando su alimentación para disminuir su impacto ambiental. Esta tendencia ha impulsado el interés por las dietas vegetarianas, veganas y flexitarianas, que ayudan a reducir la huella de carbono.

Sin embargo, en muchos países, los productos de origen animal siguen siendo la principal fuente de proteína, un nutriente esencial para la salud del cuerpo. Reducir el consumo de carne y lácteos no significa renunciar a una alimentación balanceada, pero sí implica conocer bien las alternativas.

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A continuación, te presentamos varias fuentes de proteína de origen no animal que puedes incorporar en tu dieta de forma saludable y sustentable:

. Legumbres: nutritivas y amigables con el planeta

Frijoles, lentejas, garbanzos y otras legumbres no solo son ricas en proteínas (17% a 30%), sino también en fibra, hierro, y vitaminas esenciales. Además, su cultivo ayuda a mejorar el suelo y a reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Consumirlas de forma regular también puede prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.

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2. Algas: pequeñas pero poderosas

Las algas marinas y la espirulina tienen un alto contenido de proteínas (hasta un 60%) y son una fuente rica en minerales. También ayudan a capturar carbono, lo que las convierte en aliadas del medio ambiente. Se pueden consumir en forma de polvo, mezcladas en panes o batidos, aunque su sabor puede no agradar a todos.

3. Granos de cereal: más que carbohidratos

Aunque solemos asociarlos con energía, los cereales como la avena, el trigo y la cebada también contienen entre un 7% y un 18% de proteína. Además, algunos pueden ayudar a mejorar la salud intestinal y a reducir el colesterol. Consumirlos directamente en lugar de destinarlos como alimento animal puede disminuir el impacto ambiental de la cadena alimenticia.

4. Insectos: una opción innovadora

En muchos países ya se están explorando los insectos como fuente alternativa de proteína. La harina de grillos, por ejemplo, puede contener hasta un 70% de proteína. Aunque culturalmente aún generan rechazo, son altamente nutritivos y requieren pocos recursos para su producción.

5. Carne cultivada: el futuro en desarrollo

Aunque todavía en fase inicial, la carne cultivada en laboratorio ya se está autorizando para ciertos usos. Su mayor atractivo es ofrecer la textura y sabor de la carne convencional sin los impactos ambientales del ganado. No obstante, aún existen debates sobre su aceptación ética y sanitaria.

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