Con el paso del tiempo, es normal notar ciertos cambios en la memoria o en la rapidez para aprender cosas nuevas. Pero no todo se trata de la edad. Existen hábitos cotidianos que, sin darnos cuenta, pueden acelerar el envejecimiento cerebral.
1. Aislarse socialmente
Reducir las interacciones sociales puede debilitar las conexiones neuronales. Mantener vínculos con amigos, familiares o incluso con conocidos ayuda a fortalecer el cerebro y mejorar el estado de ánimo, según indica el Dr. Zaldy Tan, del hospital Cedars-Sinai.
2. No aprender cosas nuevas
El cerebro necesita desafíos. Aprender un idioma, tocar un instrumento o simplemente salir de la rutina mantiene activa la mente. “Salir de la zona de confort” es clave para preservar la plasticidad cerebral, afirma el Dr. Glen Finney, de Geisinger Health.
3. Vivir bajo estrés constante
El estrés no manejado daña el cerebro con el tiempo. Actividades como la respiración consciente, ejercicios de alta intensidad o incluso duchas frías ayudan a liberar tensión y mantener el equilibrio emocional, sugiere la Dra. Elissa Epel, de la Universidad de California en San Francisco.
4. Dormir mal o poco
Durante el sueño profundo, el cerebro elimina toxinas y consolida recuerdos. Dormir mal afecta la memoria y puede acelerar procesos degenerativos como la demencia. Dormir a una hora regular y evitar pantallas antes de acostarse mejora notablemente la calidad del descanso.
5. Alimentarse con ultraprocesados
Las dietas ricas en azúcares y grasas saturadas están relacionadas con el deterioro cognitivo. En cambio, consumir Omega-3 (presente en pescados, nueces y vegetales verdes) favorece el flujo sanguíneo cerebral y mejora la memoria.
6. Ser sedentario
El ejercicio físico no solo fortalece el cuerpo, también estimula la producción de sustancias que protegen las neuronas. Caminar, nadar o practicar yoga son excelentes opciones para cuidar el cerebro a largo plazo.
7. Repetir siempre la misma rutina
La mente necesita estímulos variados para mantenerse joven. Cambiar la ruta al trabajo, probar nuevos hobbies o visitar lugares distintos son formas sencillas de activar nuevas zonas cerebrales.