El gobierno de Estados Unidos ha solicitado que Google venda su popular navegador Chrome, una medida destinada a limitar el dominio de la compañía en el mercado y reducir su monopolio en las búsquedas de internet. La recomendación fue presentada esta semana por el Departamento de Justicia al juez federal Amit Mehta en Washington, como parte de un caso antimonopolio que ya condenó a Google por prácticas competitivas desleales.
¿Cómo afectaría esto a Google?
Analistas coinciden en que la venta de Chrome representaría un golpe significativo para el modelo de negocios de Google. Según Dan Ives, de Wedbush Securities, esto “sería un cambio drástico” debido a que la compañía utiliza Chrome no solo como navegador, sino como una herramienta clave para recopilar datos y optimizar servicios como Maps y anuncios personalizados.
Desde su lanzamiento en 2008, Chrome ha logrado captar cerca del 70% del mercado global de navegadores, superando a competidores como Edge (Microsoft) y Safari (Apple). Sin embargo, expertos como Beth Egan, profesora de publicidad en la Universidad de Syracuse, consideran que Google encontraría formas de adaptarse si se viera forzada a vender.
El valor de Chrome y los posibles compradores
Con más de 3,000 millones de usuarios en todo el mundo, Chrome podría valer al menos 15,000 millones de dólares, según analistas de Bloomberg. Sin embargo, los posibles compradores no serían muchos debido a los estrictos controles antimonopolio. Evelyn Mitchell-Wolf, de Emarketer, sugiere que una venta dentro de Estados Unidos podría ser vista como una oportunidad estratégica para promover la innovación en inteligencia artificial y mantener una ventaja competitiva frente a países como China.
¿Qué opina el público?
Aunque los usuarios probablemente continuarían utilizando Chrome bajo un nuevo propietario, los expertos destacan que la clave estará en mantener su calidad y funciones populares. Según Mitchell-Wolf, “los comportamientos de búsqueda están ligados a la confianza y experiencia del usuario, siempre que el producto siga innovando”.
El Departamento de Justicia argumenta que muchos usuarios eligen Chrome porque viene preinstalado en sus dispositivos, pero los analistas creen poco probable que esta situación cambie incluso con nuevos competidores en el mercado.
Futuro incierto para Google
Aunque el caso avanza, algunos expertos consideran que las medidas sugeridas son demasiado extremas para ser implementadas. Angelo Zino, de CFRA, cree que el juez podría optar por soluciones menos drásticas. Además, la postura del presidente electo y las tensiones políticas en torno a Google podrían influir en el desenlace.
En octubre, el entonces presidente Trump se opuso a desmantelar Google, argumentando que afectaría los intereses internacionales de Estados Unidos, especialmente en su competencia tecnológica con China. Sin embargo, la nueva administración podría adoptar un enfoque diferente en el caso.