La popular plataforma de videos cortos TikTok ha emergido como un inesperado protagonista en la carrera presidencial estadounidense, a pesar de las persistentes preocupaciones sobre seguridad nacional y privacidad de datos. Tanto el expresidente Donald Trump como la vicepresidenta Kamala Harris han apostado por esta red social para conectar con el electorado joven, adoptando estrategias novedosas y virales.
Trump, quien anteriormente intentó prohibir la aplicación durante su mandato, sorprendió al unirse a TikTok en junio. Actualmente cuenta con 9,5 millones de seguidores, superando incluso su presencia en Truth Social, su propia plataforma. Por su parte, Harris debutó en TikTok el 25 de julio, acumulando rápidamente más de 4,1 millones de seguidores.
Ambos candidatos han adaptado su mensaje al formato característico de TikTok, incorporando música popular, ediciones dinámicas y colaboraciones con celebridades e influencers. Esta estrategia busca proyectar una imagen de modernidad y cercanía, especialmente crucial para atraer al esquivo voto joven.
“Los candidatos están intentando posicionarse como relevantes, especialmente para el grupo demográfico más joven”, explica Caitlin Chin-Rothmann, investigadora del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La ironía no escapa a los observadores: TikTok, una aplicación con raíces en China a través de su empresa matriz ByteDance, se ha convertido en una herramienta clave en la política estadounidense. Esto ocurre a pesar de las advertencias previas sobre los riesgos de seguridad asociados con la recopilación de datos de la plataforma.
El éxito de TikTok entre los votantes más jóvenes es innegable. Según el Pew Research Center, más de un tercio de los adultos estadounidenses y el 62% de los menores de 30 años utilizan la aplicación regularmente.
Este giro en la estrategia digital de los candidatos refleja la cambiante dinámica de las campañas modernas, donde la autenticidad y la capacidad de adaptarse a nuevas plataformas pueden ser tan importantes como las propuestas políticas tradicionales.