La última prueba de vuelo de la Starship de segunda generación, desarrollada por SpaceX, tuvo un final inesperado. La nave, que buscaba alcanzar la órbita para desplegar carga útil, terminó explotando tras la separación de etapas. Aunque no logró su descenso controlado en la plataforma marítima, la misión marcó algunos avances significativos para el ambicioso proyecto de SpaceX.
El despegue ocurrió el 16 de noviembre a las 5:37 p.m. ET desde las instalaciones de Starbase, en el sur de Texas. En la transmisión en vivo, se pudo observar cómo la Starship completó la “separación en caliente”, permitiendo que el propulsor Super Heavy regresara a la Tierra, donde fue atrapado exitosamente por los brazos de la torre Mechazilla. Este logro, alcanzado por segunda vez en la historia, representa un paso importante en el desarrollo de sistemas de recuperación reutilizables.
Un vuelo con aprendizajes clave
Aunque la segunda etapa de la misión no cumplió su objetivo, el equipo de SpaceX continúa analizando los datos para identificar qué salió mal. Según Dan Huot, del equipo de comunicaciones de SpaceX, este tipo de pruebas son esenciales para avanzar en el desarrollo de vehículos espaciales experimentales. Huot señaló que “los fallos se convierten en aprendizajes” y anticipó más información en los próximos días.
El término empleado por SpaceX para describir la explosión fue un “rapid unscheduled disassembly” (desmontaje rápido no programado), una expresión común en la industria aeroespacial para referirse a la destrucción del vehículo. Además, se reportó que varios motores de la Starship se apagaron durante el vuelo.
Novedades del modelo Block 2
Esta prueba marcó el debut de la Starship Block 2, una versión actualizada de la nave con varias mejoras tecnológicas. Entre las innovaciones destacaron los nuevos flaps delanteros más pequeños y rediseñados, un sistema de alimentación renovado para los motores Raptor, mejoras en el módulo de aviónica y baldosas térmicas de nueva generación para mayor resistencia al calor.
Queda por confirmar si el equipo de SpaceX utilizó el sistema de terminación de vuelo, un mecanismo que destruye el vehículo de forma controlada para evitar daños en áreas pobladas en caso de emergencia.
Una misión que deja lecciones
SpaceX enfatizó que este tipo de pruebas son fundamentales para el desarrollo de tecnologías espaciales avanzadas. A pesar del desenlace, los avances logrados con el propulsor Super Heavy y el análisis de los datos obtenidos contribuirán a mejorar los futuros vuelos de la Starship.
Mechazilla has caught the Super Heavy booster! pic.twitter.com/aq91TloYzY
— SpaceX (@SpaceX) January 16, 2025
