Un grupo de inversionistas, encabezado por Elon Musk y su compañía de inteligencia artificial xAI, presentó una oferta de aproximadamente 97.400 millones de dólares para adquirir OpenAI. Sin embargo, la empresa responsable de ChatGPT rechazó la propuesta de inmediato.
OpenAI dice “no, gracias” a la oferta de Musk
El director general de OpenAI, Sam Altman, respondió con un tajante “No, gracias”, en X, la red social propiedad de Musk, añadiendo con tono irónico: “Pero compraremos Twitter por 9.740 millones de dólares si quieres”.
Desde su salida de la junta directiva de OpenAI en 2018, Musk ha mantenido una postura crítica sobre la dirección de la compañía. Alega que la organización, que comenzó como un laboratorio sin fines de lucro, ha desviado su misión original. Su equipo legal argumenta que OpenAI, con su transición hacia una empresa con fines de lucro y su estrecha relación con Microsoft, ha traicionado su compromiso inicial con el bien público.
Un conflicto legal en curso
Musk, quien invirtió alrededor de 45 millones de dólares en OpenAI antes de su salida, ha llevado el caso a los tribunales en California. En una audiencia reciente, la jueza Yvonne Gonzalez Rogers cuestionó algunos de los argumentos de Musk, pero también expresó dudas sobre la relación de OpenAI con Microsoft, lo que podría abrir la puerta a un juicio para esclarecer la situación.
Entre los inversionistas que respaldan la oferta de compra están firmas como Baron Capital Group, Valor Management y Atreides Management. Según el abogado de Musk, Marc Toberoff, si OpenAI insiste en operar como una entidad con fines de lucro, es fundamental garantizar que la organización sin fines de lucro reciba una compensación justa por el cambio de rumbo.
¿Qué sigue para OpenAI y Musk?
El futuro de OpenAI sigue siendo incierto en medio de esta disputa. Mientras la compañía continúa su crecimiento y asociación con Microsoft, Musk y sus aliados buscan recuperar el control sobre la inteligencia artificial de próxima generación. Resta ver cómo se desarrollará este enfrentamiento en los tribunales y si la oferta de compra genera nuevas tensiones en la industria tecnológica.