El fundador y CEO de Telegram, Pavel Durov, se encuentra bajo custodia policial en Francia, en medio de una investigación que ha generado controversia internacional. Las autoridades francesas han extendido el periodo de interrogatorio hasta 48 horas, mientras surgen especulaciones sobre los motivos detrás de esta acción legal.
La fiscalía francesa investiga presuntos delitos relacionados con la plataforma de mensajería, incluyendo la difusión de material de abuso infantil, tráfico de drogas y actividades fraudulentas. Sin embargo, la detención ha despertado reacciones en Rusia, donde algunos políticos sugieren una posible intervención estadounidense.
Telegram, con casi mil millones de usuarios globales, se ha convertido en un punto focal de debates sobre libertad de expresión y seguridad en línea. La aplicación es particularmente popular en países de la ex Unión Soviética y ha jugado un papel crucial en la diseminación de información durante conflictos recientes.
La situación plantea interrogantes sobre el futuro de la plataforma y su gestión de contenidos controvertidos. Mientras tanto, el presidente francés Emmanuel Macron ha negado cualquier motivación política detrás de la detención de Durov.
Este caso pone de relieve los desafíos que enfrentan las plataformas de redes sociales en el equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad legal, especialmente en un contexto geopolítico complejo.