Washington – En medio de la polémica por la difusión de una carta supuestamente firmada por Donald Trump y dirigida a Jeffrey Epstein, el expresidente de Estados Unidos rechazó rotundamente que la rúbrica y el contenido le pertenezcan.
El documento, publicado esta semana por congresistas demócratas, incluye un diálogo ficticio y un dibujo de una silueta femenina, además de una firma que solo lleva el nombre “Donald”. La similitud con otras rúbricas del exmandatario despertó dudas sobre su autenticidad.
Antes de una cena en Washington, Trump declaró ante la prensa que nunca escribió ni firmó dicha carta, y que su estilo de comunicación es muy distinto. “Quienes me conocen saben que no tiene sentido”, aseguró.
El vicejefe de Gabinete, Taylor Budowich, respaldó la versión de Trump al comparar la firma con documentos oficiales más recientes, destacando claras diferencias.
Sin embargo, una investigación del New York Times reveló que en décadas pasadas Trump empleó variaciones en sus firmas, especialmente en correspondencia personal con funcionarios de Nueva York y figuras políticas como Rudy Giuliani. En esas misivas, enviadas entre 1987 y 2001, solía rubricar solo con su nombre acompañado de una línea alargada, un estilo que se asemeja al de la carta cuestionada.
Pese a las comparaciones, Trump insiste en que la carta es falsa y que no tiene relación alguna con su autoría.
