Las autoridades en Estados Unidos investigan una serie de incendios provocados en urnas de voto por correo, incidentes que han generado preocupación y aumentan la presión sobre los funcionarios electorales a pocos días de unas elecciones históricas. Estos ataques, considerados amenazas a la seguridad del proceso electoral, ocurren tanto en áreas de votación anticipada como en sitios de recolección de boletas.
Hasta el momento, no se han reportado heridos, aunque varias papeletas resultaron dañadas. Imágenes obtenidas de medios locales muestran a bomberos apagando llamas en urnas, con algunas boletas quemándose en el suelo. En otro incidente en Portland, Oregon, un dispositivo incendiario fue arrojado a una urna, aunque un sistema interno de extinción logró proteger la mayoría de las boletas, limitando el daño a solo tres.
El secretario de Estado de Washington, Steve Hobbs, condenó estos ataques, calificándolos como “terrorismo contra el proceso electoral”, y enfatizó el compromiso del estado para proteger tanto a los trabajadores electorales como a la integridad del proceso democrático.
Estos eventos siguen a un reciente ataque en Phoenix, Arizona, donde un sospechoso fue detenido tras prender fuego a un buzón electoral, afectando aproximadamente 20 papeletas. La serie de incidentes ha llevado al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y al FBI a emitir advertencias de posibles amenazas por parte de extremistas domésticos que podrían dirigir su violencia hacia funcionarios, votantes y sitios relacionados con las elecciones.
Según un informe del DHS, es probable que extremistas antigubernamentales o antiautoritarios actúen motivados por quejas políticas o teorías conspirativas, y podrían dirigirse a lugares de votación, sitios de registro, oficinas de partidos y áreas de recuento. Las advertencias se han compartido en boletines de seguridad no públicos enviados a agencias de seguridad en todo el país, en un esfuerzo por reforzar la protección de la infraestructura electoral y el personal involucrado.