En un sorpresivo giro de los acontecimientos, Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense Joe Biden, se declaró culpable de cargos fiscales federales justo antes de que comenzara la selección del jurado. Esta decisión podría evitar un juicio potencialmente comprometedor en vísperas de las elecciones presidenciales.
La declaración de culpabilidad abarca cargos graves y delitos menores, sin los beneficios de un acuerdo con la fiscalía. Se le acusa de no haber pagado al menos 1,4 millones de dólares en impuestos durante un período de cuatro años, mientras recibía millones de entidades comerciales extranjeras.
El abogado defensor, Abbe Lowell, propuso una declaración de Alford, mediante la cual Biden mantendría su inocencia pero reconocería la solidez de las pruebas en su contra. Sin embargo, los fiscales instaron al juez a rechazar esta maniobra, argumentando que “Hunter Biden no es inocente. Hunter Biden es culpable”.
Este caso ha sido objeto de intenso escrutinio político, con los republicanos investigando los negocios extranjeros de Hunter para acusar sin pruebas a su padre de corrupción. Aunque las implicaciones políticas podrían haberse atenuado tras la decisión del presidente Biden de no buscar la reelección, el caso sigue siendo una fuente de preocupación personal para el mandatario.
La Casa Blanca se ha abstenido de comentar sobre la decisión de Hunter, reiterando que el presidente no conmutará ninguna sentencia que se le imponga a su hijo.
Esta declaración de culpabilidad le permite a Hunter Biden evitar un segundo juicio penal en pocos meses, tras haber sido declarado culpable en junio por cargos relacionados con la compra de un arma de fuego en 2018.
