Un nuevo estudio publicado por el Instituto de Políticas Migratorias, con sede en Washington, ha desmentido la noción de que los inmigrantes recién llegados a Estados Unidos están desplazando a los trabajadores afroestadounidenses de sus empleos. Por el contrario, el informe revela que ambos grupos han aumentado su presencia en el entorno laboral del país.
Según el estudio, los trabajadores nacidos en el extranjero han empezado a acaparar una porción cada vez mayor del mercado laboral estadounidense, expandiendo su presencia en diversos sectores. Sin embargo, esto “no parece haber ocurrido a expensas de los trabajadores negros nacidos en Estados Unidos”, que se enfrentan a “una de las mejores oportunidades laborales de los últimos tiempos, a pesar de la discriminación persistente y los problemas sistémicos”.
La Oficina de Estadísticas Laborales estima que el número de trabajadores nacidos en el extranjero ha aumentado un 20% en los últimos tres años, un ritmo mucho más acelerado que el de los nativos. El estudio atribuye este fenómeno al “movimiento de inmigrantes entre sectores y regiones geográficas”, lo que ha generado “percepciones de un efecto de desplazamiento en la comunidad negra nacida en Estados Unidos que en realidad no existe”.
Uno de los ejemplos más significativos es el sector de la construcción, donde la proporción de hombres negros nacidos en Estados Unidos ha disminuido del 8% en 1990 al 5% en 2022, mientras que la de los hombres inmigrantes ha aumentado del 10% al 28% en el mismo período.
El informe concluye que, a medida que los trabajadores nativos y los inmigrantes colaboran cada vez más, y las fuerzas globales y los cambios tecnológicos van reconfigurando la economía, es de esperar que la composición de la fuerza laboral siga evolucionando.