El gobierno de Estados Unidos ha dejado de recomendar la vacuna contra la COVID-19 para niños sanos y mujeres embarazadas. Así lo anunció el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., mediante un video publicado en la red social X.
Según Kennedy, esta decisión implica la eliminación de dicha vacuna del calendario oficial de inmunización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El secretario calificó la medida como un acto de “sentido común” y aseguró que se trata de un paso positivo hacia un enfoque más conservador y personalizado de la salud pública.
Este cambio contrasta con la política sanitaria anterior durante la administración de Joe Biden, que promovió la vacunación en estos grupos como parte clave de la estrategia para frenar la pandemia. Kennedy criticó esa etapa señalando que se impulsaron refuerzos en menores sin contar, a su juicio, con la suficiente evidencia clínica.
Aunque el actual secretario ha asegurado públicamente que no se opone a las vacunas, su historial como figura relevante del movimiento crítico hacia algunas inmunizaciones ha generado debate tras su nombramiento.
Además, el Departamento de Salud anunció el impulso de una nueva vacuna “universal”, basada en virus inactivados, retomando métodos más tradicionales y alejándose de la tecnología de ARNm utilizada durante la emergencia sanitaria. Esta iniciativa estará liderada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y sustituirá al programa NextGen, que fue lanzado por la administración anterior con una inversión de 5.000 millones de dólares.
La nueva estrategia refleja un cambio de enfoque hacia alternativas consideradas más seguras y alineadas con una visión distinta de la salud pública en el país.
