El próximo martes, Filadelfia será testigo de un evento que podría cambiar el rumbo de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Donald Trump y Kamala Harris, los principales contendientes por la Casa Blanca, se verán las caras en un debate televisado que promete ser el momento clave de la campaña.
Con las encuestas mostrando una contienda reñida, este cara a cara adquiere una importancia vital. Millones de estadounidenses sintonizarán ABC News para ver a los candidatos defender sus propuestas y visiones para el país durante 90 minutos de intenso intercambio.
El escenario está listo en el emblemático National Constitution Center, donde Trump y Harris, que nunca han interactuado directamente, se enfrentarán por primera vez. Los moderadores David Muir y Linsey Davis serán los encargados de plantear las preguntas que definirán el debate.
La vicepresidenta Harris, nominada tras la sorpresiva retirada de Biden, busca consolidar su ventaja en estados clave. Por su parte, Trump intenta recuperar el terreno perdido y volver a la presidencia tras su derrota en 2020.
Los temas candentes no faltarán: desde el derecho al aborto hasta la inmigración y la seguridad ciudadana. Además, el carácter y la capacidad de liderazgo de ambos candidatos estarán bajo escrutinio.
Las expectativas son altas para Harris, quien debe demostrar su temple presidencial ante un electorado que aún la está conociendo. Trump, experimentado en debates, podría apostar por una estrategia agresiva para desestabilizar a su oponente.
Con la votación anticipada a la vuelta de la esquina en varios estados, este debate podría ser la última oportunidad para convencer a los indecisos. El resultado no solo definirá quién ocupará el Despacho Oval, sino también el futuro de la nación más poderosa del mundo.