El sur de California enfrenta condiciones extremas debido a ráfagas de viento que superan los 100 km/h, lo que incrementa el riesgo de incendios forestales en la región. Autoridades meteorológicas han emitido advertencias de peligro extremo, mientras los bomberos intensifican sus preparativos con más personal y equipo.
El jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, aseguró que están “mejor preparados” que en eventos previos. Sin embargo, las condiciones climáticas podrían dificultar el uso de aeronaves para combatir las llamas.
En días recientes, cuatro grandes incendios arrasaron más de 160 km² en el estado. Aunque algunos están casi contenidos, como el incendio al norte de Los Ángeles con un 97% de control, otros permanecen activos. El incendio de Palisades ha devastado 96 km² y está contenido solo en un 14%, mientras que el incendio de Eaton, en las montañas de San Gabriel, ha quemado 57 km² y tiene un 33% de contención.
La crisis ha causado al menos 24 muertes, con decenas de personas aún desaparecidas y 100,000 residentes bajo órdenes de evacuación. El presidente Joe Biden ofreció apoyo federal para la región, destacando el heroísmo de los bomberos y solicitando al Congreso más recursos para la recuperación.
Paralelamente, empresas como Southern California Edison y el Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles enfrentan demandas por su presunta relación con los incendios. Investigaciones en curso buscarán esclarecer responsabilidades.
Mientras tanto, los residentes de California se mantienen vigilantes ante el impacto de esta devastadora temporada de incendios.