OKLAHOMA CITY, OKLA. –
Los líderes de los sistemas hospitalarios de todo el estado de Oklahoma están haciendo sonar la alarma, advirtiendo sobre las graves consecuencias que podría enfrentar el sistema de salud si el Congreso aprueba una nueva legislación que incluye recortes significativos a los fondos de Medicaid.
“Realmente temo lo que le va a pasar a las comunidades rurales si estos recortes se concretan”, afirmó Trent Bourland, vicepresidente de Desarrollo Rural de SSM Health. La preocupación es palpable, ya que las comunidades más pequeñas y alejadas serían las más afectadas por la reducción de servicios.
Según la Asociación de Hospitales de Oklahoma (OHA), desde 2005, diez hospitales en el estado ya han cerrado sus puertas. Esta cifra podría aumentar dramáticamente en un futuro cercano debido a los recortes propuestos a Medicaid y al programa de pago directo de Oklahoma. La OHA estima que esta pérdida de financiación podría ascender a $8 mil millones en los próximos diez años para los hospitales del estado.
Las posibles consecuencias de esta crisis financiera son alarmantes: pérdida de empleos, cierres de hospitales y una reducción drástica en la disponibilidad de servicios de atención médica. Los líderes hospitalarios han compartido ejemplos específicos de los impactos negativos, como la disminución del número de hospitales que ofrecen servicios de maternidad y parto, así como un aumento en los tiempos de espera. Además, los residentes de Oklahoma podrían verse obligados a viajar distancias mucho más largas para recibir atención médica.
Denise Webber, presidenta y directora ejecutiva de Stillwater Medical, ilustró la situación con un ejemplo impactante: “Imagina que viajas en tu coche y tienes un accidente cerca de Stillwater. Te llevan a la sala de emergencias de Stillwater Medical. Si no tenemos suficientes enfermeras y camas de hospital y nos vemos obligados a limitar la capacidad, podrías quedar en un ‘limbo’ esperando una cama”.
Bennett Geister, presidente de Mercy para las comunidades de Oklahoma City, explicó cómo los recortes a la atención médica en áreas rurales podrían saturar los sistemas hospitalarios de las zonas metropolitanas. “Creo que cada servicio que se vea forzado a reducirse en nuestras comunidades o hospitales rurales resultará en una carga mucho mayor para nuestras instalaciones urbanas, que ahora tendrán que extender su alcance para ayudar a nuestros hermanos y hermanas rurales”, comentó Geister.
La situación es crítica, ya que el proyecto de ley ya ha sido aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos y ahora el Senado está a punto de votar sobre él.