Un caso médico en Alemania ha captado la atención de la comunidad sanitaria internacional. Una niña, que llegó al mundo 16 semanas antes de lo previsto en el Hospital Universitario de Magdeburgo, ha logrado sobrevivir a pesar de pesar tan solo 300 gramos al nacer.
El nacimiento se produjo a las 24 semanas de gestación, un umbral considerado de “prematuridad extrema” según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dada su fragilidad, la recién nacida requirió cuidados intensivos inmediatos.
El equipo médico enfrentó un desafío extraordinario. El doctor Ralf Böttger, vocero de la clínica, explicó que el tratamiento de un neonato con un peso tan bajo exige la máxima precisión. “La ventilación, la alimentación por infusión y la protección de órganos y piel tan sensibles requieren un enfoque extremadamente cuidadoso”, señaló Böttger.
La bebé permaneció conectada a ventilación artificial durante siete semanas, hasta que sus pulmones se desarrollaron lo suficiente para poder respirar por sí misma. Tras superar la fase más crítica y estabilizar su condición, la niña finalmente fue dada de alta y, según los informes, se encuentra en perfecto estado de salud.
Este evento es considerado por el personal del hospital como un testimonio de la capacidad de la medicina neonatal moderna y una inspiradora historia de supervivencia.








