Las más recientes conversaciones entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, concluyeron sin avances significativos. En esta sexta reunión, realizada en Moscú, ambas partes analizaron el plan de paz impulsado por Washington, pero no consiguieron acercar posiciones de manera decisiva.
Según Yuri Ushakov, asesor de política internacional del Kremlin, algunas propuestas estadounidenses resultan “aceptables para debatir”, mientras que otras no encajan con los intereses rusos en este momento. La reunión, que se prolongó durante cinco horas, incluyó la revisión de un borrador previamente ajustado por la Casa Blanca tras consultas con Kiev y gobiernos europeos. Además, la delegación estadounidense entregó cuatro documentos adicionales para su análisis.
Los puntos más complejos siguen siendo los mismos que han frenado el proceso en meses anteriores: el debate sobre la posible adhesión de Ucrania a la OTAN, garantías de seguridad, el retiro de tropas rusas de zonas en conflicto y las discusiones sobre responsabilidades económicas en la etapa posterior a la guerra.
Aun así, Ushakov aseguró que las posturas “no están más distantes que antes del encuentro” y describió el diálogo como productivo. Reconoció, sin embargo, que tanto Moscú como Washington deberán trabajar más para acercarse a una solución, especialmente en lo relacionado con el tema territorial, uno de los principales puntos de desacuerdo.
Putin expresó disposición a considerar varios elementos del plan estadounidense, aunque también manifestó críticas a otros apartados. El mandatario ruso señaló que algunos países europeos mantienen una postura que, según él, dificulta las negociaciones, lo que genera tensiones adicionales entre todas las partes involucradas.
Durante la reunión participaron también Jared Kushner y una traductora, quienes acompañaron a Witkoff. Por parte de Rusia, estuvo presente Kiril Dmítriev, figura señalada por la prensa internacional como coautor de un plan alternativo de 28 puntos. El encuentro ocurrió pocos días después de que se filtraran conversaciones telefónicas entre funcionarios, lo que añadió un ambiente de desconfianza en el proceso diplomático.
Antes de la cita, Putin insistió en que algunos gobiernos europeos habrían frenado los esfuerzos de mediación e introducido condiciones que Moscú considera inaceptables. Al mismo tiempo, pidió a su Ministerio de Defensa preparar al ejército para enfrentar condiciones difíciles en caso de que el conflicto se prolongue.
Aunque no hubo un avance definitivo, ambas delegaciones coincidieron en que podrían retomarse las conversaciones dependiendo de los próximos resultados diplomáticos, incluida la posibilidad de una futura cumbre entre Putin y el presidente de EE. UU., Donald Trump.
