El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido formalmente acusado por la Fiscalía General de intentar un golpe de Estado en 2022 para evitar la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente. Junto a Bolsonaro, 33 colaboradores también han sido imputados por conspiración contra el Estado Democrático de Derecho.
En una denuncia presentada ante la Corte Suprema, el fiscal general Paulo Gonet sostuvo que Bolsonaro y su entonces compañero de fórmula, Walter Braga Netto, lideraron una organización con el objetivo de desconocer los resultados electorales y perpetuarse en el poder.
Entre los cargos que enfrenta el exmandatario destacan “golpe de Estado”, “tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho” y “organización criminal armada”, delitos que podrían acarrearle una condena de entre 12 y 40 años de prisión según el Código Penal brasileño.
Acusaciones graves contra Bolsonaro
La Fiscalía reveló que las investigaciones han encontrado evidencias de un plan que contemplaba incluso el asesinato del presidente electo Lula da Silva y su vicepresidente, Geraldo Alckmin, mediante envenenamiento.
Según el fiscal Gonet, el expresidente estaba al tanto y aprobó la conspiración para evitar la transición de poder.
Bolsonaro niega los cargos
A través de sus abogados, Bolsonaro rechazó las acusaciones, calificándolas de “fantasiosas” e “infundadas”. En una nota publicada en sus redes sociales, su defensa declaró que el exmandatario “jamás ha apoyado movimientos para desestabilizar el Estado de Derecho o sus instituciones”.
El caso ahora avanza en la Corte Suprema, donde la Fiscalía buscará probar la responsabilidad del exmandatario y sus aliados en el intento de golpe.