Un grupo de aproximadamente 1,500 migrantes comenzó el año avanzando desde Tapachula, en el sur de México, hacia la frontera con Estados Unidos. A pesar de que caravanas anteriores fueron disueltas en Chiapas, este grupo, compuesto mayoritariamente por personas provenientes de Venezuela, Guatemala, El Salvador, Perú y Ecuador, sigue adelante en busca de mejores oportunidades.
Entre los migrantes se encuentra Giscarlis Colmenares, una joven venezolana que, tras meses intentando obtener una cita en la plataforma CBPOne para ingresar legalmente a Estados Unidos, decidió unirse a la caravana. Su objetivo es trabajar y ahorrar lo suficiente para avanzar o regresar a su país natal.
Aunque muchos aspiran a llegar a territorio estadounidense, otros buscan asentarse en ciudades como Ciudad de México, donde esperan encontrar empleo, especialmente ante la violencia y la falta de oportunidades en Tapachula.
Por su parte, las autoridades mexicanas han permitido el avance inicial de la caravana, aunque, como en ocasiones anteriores, se espera que los migrantes sean redirigidos a otros estados del país bajo políticas de contención. La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado una futura reforma del Instituto Nacional de Migración para mejorar la atención a esta problemática, aunque no se han brindado detalles concretos.
Mientras tanto, Estados Unidos refuerza medidas de seguridad, especialmente en ciudades clave como Washington D.C., ante la próxima toma de posesión de Donald Trump, el funeral de Estado del expresidente Jimmy Carter y otras actividades oficiales.