La Policía Federal de Brasil llevó a cabo el jueves una serie de allanamientos en seis estados para desarticular una red criminal sospechosa de traficar migrantes hacia Estados Unidos. Las operaciones, que incluyeron 35 órdenes de registro y la detención preventiva de siete personas, se concentraron en los estados de Acre, Amazonas, Rondonia y Roraima, además de Sao Paulo y Minas Gerais.
Según la policía, esta organización reclutaba migrantes asiáticos, principalmente de Bangladesh y Nepal, que llegaban al Aeropuerto Internacional de Sao Paulo. Desde allí, el grupo los guiaba en un viaje peligroso hacia el norte del país, donde cruzaban hacia Bolivia o Perú, continuando luego a través de Centroamérica para llegar a la frontera entre México y Estados Unidos.
El grupo cobraba aproximadamente 10,000 dólares a cada migrante por el trayecto y contaba con una red de colaboradores, incluidos taxistas, coyotes y empleados de hoteles, quienes facilitaban el traslado y la documentación falsificada. Los documentos permitían que los migrantes ingresaran a Brasil bajo un estatus de residencia temporal como refugiados.
En una investigación paralela, la Policía Federal descubrió que muchos migrantes utilizaban vuelos con escalas en Sao Paulo como parte de su ruta hacia América del Norte, quedándose en Brasil temporalmente antes de emprender su travesía. En respuesta, el gobierno brasileño ha impuesto desde agosto restricciones de entrada para ciudadanos de ciertos países asiáticos, exigiéndoles visa si desean permanecer en el país.
