El gobierno panameño, liderado por el recién electo presidente José Raúl Mulino, ha anunciado una serie de medidas para contener el flujo migratorio a través de la peligrosa Selva del Darién. Esta iniciativa, respaldada por Estados Unidos, busca frenar el tránsito de migrantes provenientes de China, India y Ecuador, entre otros países.
La nueva política incluye la deportación inmediata de aquellos que sean interceptados al intentar cruzar esta frontera natural entre Centroamérica y Sudamérica. Ya se han realizado los primeros vuelos de repatriación, comenzando con un grupo de colombianos.
Mulino detalló el calendario de próximas deportaciones, que incluye vuelos a Colombia, Ecuador e India durante las últimas semanas de septiembre. Además, se están coordinando operaciones para repatriar a ciudadanos chinos.
Estas acciones forman parte de un plan más amplio que ya está mostrando resultados. En julio, se registró una disminución del 34% en los cruces irregulares a través del Darién, en comparación con el mes anterior. El gobierno ha implementado medidas adicionales, como la instalación de barreras físicas en ciertos puntos de paso.
La ruta del Darién se ha convertido en un corredor crucial para miles de migrantes que buscan llegar a Norteamérica. En 2023, más de 520,000 personas, principalmente venezolanos, atravesaron esta peligrosa jungla en busca de mejores oportunidades.
Esta nueva estrategia refleja el compromiso del presidente Mulino de abordar firmemente los desafíos migratorios, cumpliendo así una de sus principales promesas de campaña. Sin embargo, la eficacia y las implicaciones humanitarias de estas medidas seguirán siendo objeto de debate en los próximos meses.
