La ciudad de Nueva York puso en marcha este miércoles el plan de desalojo de migrantes de sus saturados albergues al concluir los plazos de amparo a los que solicitan asilo. La ciudad hará algunas excepciones para aquellos que no tengan dónde ir.
La ciudad de Nueva York intensificó el miércoles sus labores para sacar a migrantes de sus hacinados albergues, al comenzar a aplicar una nueva normativa que limita la estancia de algunos solicitantes de asilo adultos a un mes en el sistema antes de que se vean obligados a encontrar alojamiento por su cuenta.
Ahora los migrantes sin hijos deberán salir de los hoteles, complejos de carpas y otras instalaciones operadas por la ciudad y encontrar otro tipo de alojamiento luego de 30 días —o 60 días en el caso de los solicitantes de asilo de entre 18 y 23 años—, a menos que puedan presentar evidencia de “circunstancias extenuantes” y se les conceda una exención.
Hasta el miércoles por la noche, 192 migrantes habían solicitado una extensión después de llegar a su fecha límite, de las cuales se han aprobado 118, informó la oficina del alcalde Eric Adams. Se tiene previsto que miles más reciban avisos de desalojo en los próximos meses.
Mamadou Diallo, un senegalés de 39 años, dijo que no está seguro de a dónde irá una vez que expire su tiempo de alojamiento en un albergue del distrito del Bronx a finales de esta semana.
Tiene la esperanza de recibir una extensión, e hizo notar que recién presentó su solicitud de asilo y ha estado tomando clases de inglés, pero aún no puede solicitar un permiso de trabajo, ya que las leyes federales indican que deben pasar cinco meses desde que pidió asilo.
“No tengo a dónde ir”, dijo el miércoles. “Voy a la escuela. Estoy buscando trabajo. Hago lo más que puedo”.
Las nuevas restricciones se implementaron después que el gobierno de Adams logró alterar en marzo pasado la directriz de la ciudad de “derecho al albergue” —una normativa particular de esta urbe—, la cual le requiere brindar alojamiento temporal a toda persona que lo solicite.
Antes de la entrada en vigor de la nueva regla, aún pesaba un límite de 30 días en albergues para los migrantes adultos sin compañía de menores, pero se les permitía volver a solicitar de inmediato una nueva cama sin que se les hicieran preguntas.
La ciudad también limita la estadía de familias de migrantes con hijos a 60 días, pero éstas no se ven afectadas por la nueva medida y aún pueden presentar una nueva solicitud sin proporcionar justificación alguna.
Sin embargo, una auditoría reveló que la implementación en los últimos seis meses fue “caótica”.