El final del 2008, catastrófico para la economía de EU

ImagenLa fuerte revisión a la baja del PIB de
Estados Unidos en el cuarto trimestre,
anunciada, muestra a qué velocidad
se deterioró la actividad en la primera
economía mundial a finales de 2008, en
tanto el comienzo de 2009 no se presenta
mejor.
En una segunda estimación oficial, el
departamento de Comercio anunció que la
bajada del PIB alcanzó un 6,2% en ritmo
anual respecto al tercer trimestre, contra un
3,8% incialmente anunciado. Los analistas
esperaban esta revisión, pero pensaban que
sería menos marcada, de un 5,4%.
Esta contracción de la actividad sigue
siendo la más aguda desde el primer trimestre
de 1982. Por otra parte, el PIB estadounidense
no tenía dos trimestres consecutivos
de bajada desde la recesión de
finales de 1990-principios de 1991.
Estas cifras “son tal vez el indicador más
claro de los actuales males de la economía
estadounidense”, dijo el analista Augustine
Faucher, de Economy.com (agencia
Moody’s). “Actualmente Estados Unidos está
de lleno en la recesión más profunda desde la
depresión de los años 30. Los problemas en
los mercados del crédito se difundieron ampliamente
a toda la economía”, agregó.
Efectivamente, los tres pilares tradicionales
del crecimiento económico -el consumo
minorista (que en tiempo normal
explica más de dos tercios del crecimiento
estadounidense), la inversión por parte de
empresas y el comercio exterior- cayeron a
un ritmo espectacular. El consumo cayó un
4,3%, influyendo en la evolución del PIB
en -3,01 puntos porcentuales. Por su parte,
la inversión cayó un 20,8% (-3,11 puntos
del PIB) y las exportaciones cayeron un
23,6% (-0,46 puntos al PIB).
Mientras, los indicadores publicados
desde que empezó el año no permiten presagiar
una mejoría inmediata. “Las estadísticas
publicadas hasta ahora para el primer
trimestre muestran que estamos orientados
hacia otra película de horror, con nuevos
récords en los índices de confianza de los
consumidores, una aceleración de la caída
del mercado laboral y nuevas reducciones
estrictas de la inversión de las empresas”,
reveló Rob Carnell, del banco ING.
Por el lado del consumo, los estadounidenses
se ajustan el cinturón, inquietos por
los constantes anuncios de despidos. Según
el instituto de coyuntura privado Conference
Board, están afectados a niveles nunca
vistos en los más de 40 años de medición
existentes. Ni siquiera ocurrió algo así en
1982, cuando la tasa de desempleo llegó al
10,8%, contra la actual del 7,6%.
Ante este panorama, las empresas aplazan
todo lo que pueden sus inversiones,
como atestigua la caída de las órdenes de
bienes duraderos en enero (-5,2%), en bajada
por seis meses consecutivos, algo que
nunca había ocurrido.
Además, nada puede esperarse de las
exportaciones, dado que los socios comerciales
de Estados Unidos también están en
una profunda recesión. Por ejemplo, la caída
del PIB estadounidense puede incluso
ser considerada moderada si se la compara
con la de Japón (-12,7% a ritmo anual).
La única pequeña luz de esperanza viene
de las reservas de las empresas estadounidenses.
Permanecieron a la baja en el cuarto
trimestre, “lo que es una buena noticia,
ya que se evita acumular reservas que podrían
dificultar la recuperación”, dijo Elsa
Dargent, de Natixis.

Economy Square Shopping Center