Los países que conforman el Grupo de los Siete (G7) acordaron establecer unidades policiales dedicadas a investigar el tráfico de migrantes, con el objetivo de desmantelar las redes de trata de personas que facilitan la migración irregular. La iniciativa fue presentada por el ministro del Interior de Italia, Matteo Piantedosi, tras una reunión de tres días de los ministros del Interior del G7 en Mirabella Eclano, en el sur de Italia.
Este nuevo plan de acción surge en respuesta a la creciente preocupación por la migración no regulada y las amenazas derivadas de los conflictos en Oriente Medio y Ucrania, que han intensificado los flujos migratorios hacia Europa. Piantedosi destacó que la estrategia no solo se centra en investigar, sino también en reforzar las capacidades operativas de las fuerzas policiales, incluyendo la posibilidad de lanzar operaciones conjuntas entre los países miembros.
“El desmantelamiento de las organizaciones criminales que se lucran con la trata de personas es una prioridad compartida por todos los miembros del G7”, subrayó Piantedosi al cierre de la reunión.
Refuerzo de cooperación internacional
Italia, que ocupa la presidencia rotativa del G7 en 2024, ha impulsado activamente la colaboración entre la Unión Europea y las naciones africanas para frenar las actividades de los traficantes de personas. El nuevo plan destaca la necesidad de fortalecer las relaciones con los países de origen y tránsito de los migrantes para frenar la inmigración irregular desde su punto de partida.
Los representantes de Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá acordaron en una declaración conjunta que cada país deberá establecer “unidades policiales especializadas en delitos e investigaciones relacionadas con el tráfico de migrantes y la trata de personas” si aún no cuentan con ellas.
Acuerdo con Albania como modelo de cooperación
Durante la reunión, Piantedosi mencionó el acuerdo que Italia firmó con Albania el año pasado, destinado a construir centros de acogida en territorio albanés con el fin de desalentar a los migrantes de intentar el peligroso cruce por el mar Mediterráneo. Los campos de acogida, según el ministro, comenzarán a operar en las próximas semanas y fueron discutidos como un posible modelo de cooperación durante la cumbre del G7.
“Es una solución que ha generado gran interés entre los demás miembros del G7”, comentó Piantedosi.
Esta iniciativa se suma a un enfoque más amplio del G7 para abordar los desafíos de la migración irregular de manera coordinada, utilizando tanto medidas preventivas como operativas para enfrentar la trata de personas a nivel global.