La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este miércoles una legislación que exige la detención de migrantes en situación irregular acusados de delitos como robo y otros actos violentos. Esta medida, conocida como la Ley Laken Riley, pasó con 263 votos a favor frente a 156 en contra, y ahora está en espera de la firma del presidente Donald Trump.
El proyecto ha generado un amplio debate, dado que permite detener a migrantes sospechosos de ciertos delitos, incluso si no han sido formalmente acusados. Esta iniciativa es parte de una estrategia más amplia impulsada por los republicanos para fortalecer la seguridad fronteriza y frenar la inmigración irregular.
Apoyo bipartidista en el Congreso
Aunque la mayoría de los votos a favor provinieron de republicanos, la medida recibió el respaldo de 46 demócratas en la Cámara de Representantes y 12 en el Senado, asegurando su aprobación. Este respaldo refleja las crecientes preocupaciones de algunos electores sobre la inmigración y la seguridad pública, según explicaron legisladores moderados.
“Los estadounidenses quieren acciones concretas en materia de seguridad fronteriza. Es difícil no apoyar medidas que busquen deportar a quienes cometen delitos”, expresó el representante demócrata Tom Suozzi.
Por otro lado, miembros progresistas como Ilhan Omar calificaron la aprobación de la ley como un retroceso en los esfuerzos por defender los derechos de los inmigrantes.
Contexto detrás de la Ley Laken Riley
La ley lleva el nombre de una estudiante universitaria asesinada en Georgia por un migrante venezolano que vivía de forma irregular en EE. UU. El agresor, con antecedentes por hurto, fue condenado a cadena perpetua. Este caso impulsó la creación de la legislación, que se centra en la prevención de crímenes similares.
Mientras algunos celebran la medida como un paso necesario, otros critican su impacto en las comunidades migrantes, señalando que podría aumentar las deportaciones de personas inocentes y erosionar la confianza en el sistema judicial.