Un extenso estudio llevado a cabo en el Reino Unido sugiere que vivir con otras personas, ya sea un compañero humano o una mascota, podría tener un impacto significativo en la ralentización del deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento.
Este hallazgo se presenta como una nueva perspectiva en la lucha contra la demencia y el declive mental en adultos mayores, un problema de salud pública que afecta a aproximadamente el 10 % de los adultos estadounidenses de 65 años o más.
Los resultados revelaron que tener una mascota estaba vinculado a una desaceleración del deterioro cognitivo en adultos mayores que vivían solos, pero no se observaron diferencias significativas en aquellos que compartían su hogar con otras personas.
La Dra. Leah Croll, profesora asistente de neurología en la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, destacó la importancia de las relaciones duraderas y de alta calidad, ya sea con humanos o mascotas, para la salud cerebral y la prevención de la demencia.
Croll comentó que tener una mascota podría ser una “opción alternativa para las personas cuyas circunstancias sociales no les permiten tener interacciones frecuentes con otras personas”.
El estudio utilizó pruebas específicas para evaluar la memoria verbal y la fluidez verbal en los participantes, habilidades fundamentales para realizar tareas diarias y mantener la independencia a medida que se envejece. Los dueños de mascotas que vivían solos mostraron tasas más lentas de disminución cognitiva en comparación con aquellos que no tenían mascotas.