París cerró sus Juegos Olímpicos con un espectáculo deslumbrante que culminó con la mirada puesta en Los Ángeles 2028. La ceremonia de clausura en el Stade de France fue un festín visual que celebró el éxito de unos juegos que mostraron el lado más acogedor y vibrante de la capital francesa.
El momento cumbre llegó cuando Tom Cruise, en una secuencia pregrabada digna de sus películas de acción, realizó un viaje vertiginoso desde la Torre Eiffel hasta las colinas de Hollywood. El actor, conocido por realizar sus propias acrobacias, se lanzó en paracaídas sobre el icónico letrero californiano, ahora adornado con los aros olímpicos, simbolizando el paso de la antorcha a la próxima sede olímpica.
La pista del estadio se transformó en un caleidoscopio de color y movimiento, con miles de atletas mezclándose en una celebración final de sus logros. El presidente del COI, Thomas Bach, elogió a los participantes por haber hecho brillar la “Ciudad de la Luz” como nunca antes, destacando cómo sus actuaciones rozaron la perfección y demostraron la grandeza del espíritu humano.
Los organizadores parisinos, liderados por Tony Estanguet, expresaron su satisfacción por haber superado las expectativas, convirtiendo estos Juegos en un símbolo de pasión y unidad. La ceremonia rindió homenaje a la igualdad de género, culminando con la premiación del maratón femenino, cuyo recorrido evocó la histórica Marcha sobre Versalles de 1789.
El espectáculo de clausura, dirigido por Thomas Jolly, entrelazó elementos de la mitología olímpica con visiones futuristas, subrayando la importancia perdurable de los Juegos como fuerza unificadora en un mundo dividido.
Mientras París se despedía, Los Ángeles tomaba el relevo con un adelanto de su propuesta cultural, presentando a iconos musicales como Red Hot Chili Peppers, Billie Eilish y Snoop Dogg, prometiendo unos Juegos que fusionarán el glamour hollywoodiense con el espíritu olímpico en 2028.
La llama olímpica, portada por última vez por el nadador francés Léon Marchand, se extinguió en una ceremonia emotiva, simbolizando el fin de unos Juegos que demostraron, en palabras de los organizadores, que “la humanidad es algo hermoso cuando se une”.
