La Selección Mexicana vivió una noche tensa durante el amistoso contra Uruguay, disputado el pasado sábado 15 de noviembre en el Estadio TSM de Torreón. Aunque el encuentro terminó 0-0, la falta de goles no fue el principal tema de conversación, sino los abucheos constantes que surgieron desde la grada.
Desde los primeros minutos, parte de la afición manifestó su desacuerdo con la decisión de colocar a Raúl “Tala” Rangel en la portería en lugar de Carlos Acevedo, jugador del club local Santos Laguna. Cada intervención del guardameta de Chivas generó rechiflas, reflejando la preferencia del público por ver a Acevedo como titular.
Al finalizar el encuentro, también se escucharon gritos de “Fuera, Vasco”, dirigidos al cuerpo técnico liderado por Javier Aguirre, expresando la frustración de algunos asistentes por el desempeño del equipo nacional.
La situación no pasó desapercibida para los jugadores. Edson Álvarez, capitán del equipo, hizo evidente su molestia al declarar con ironía: “Qué lindo es estar en casa, eh, qué lindo es estar en casa”.
Raúl Jiménez también lamentó el ambiente hostil:
“Da tristeza jugar como local y recibir abucheos. Pero así es esto. Tal vez por eso luego nos llevan siempre a Estados Unidos”, comentó.
Érick Sánchez se sumó a las voces que pidieron unión:
“No entiendo por qué la gente está en contra de nosotros o del profesor. Estamos en casa y aun así se escucha abucheo. Si queremos avanzar, necesitamos apoyarnos”, afirmó.
Las reacciones no se quedaron únicamente en la cancha. En redes sociales, el periodista David Faitelson criticó la postura de algunos futbolistas, señalando que los abucheos deben ser asumidos como parte de la presión que implica representar al país, especialmente rumbo a un Mundial en casa.
