La popular plataforma de videos cortos TikTok ha rechazado enérgicamente los argumentos del gobierno estadounidense que cuestionan su protección bajo la Primera Enmienda constitucional. En un giro inesperado, la compañía ha comparado su situación con la de reconocidos medios de comunicación americanos de propiedad extranjera.
El debate legal se centra en si TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, puede acogerse a las garantías de libertad de expresión en Estados Unidos. El Departamento de Justicia sostiene que ni ByteDance ni sus filiales tienen este derecho por su naturaleza extranjera. Sin embargo, TikTok argumenta que su brazo estadounidense no pierde sus derechos constitucionales simplemente por tener un propietario foráneo.
Para reforzar su posición, TikTok cita ejemplos de medios respetados como Politico, Business Insider y Fortune, todos bajo propiedad extranjera pero operando libremente en EE.UU. “Es absurdo pensar que estas publicaciones pierden la protección de la Primera Enmienda por tener dueños extranjeros”, afirman los abogados de TikTok.
El trasfondo de esta disputa es la preocupación del gobierno por la seguridad nacional, que ha llevado a exigir la venta de TikTok a un comprador aprobado o enfrentar un bloqueo. Las negociaciones entre ambas partes para resolver estas inquietudes han sido infructuosas hasta ahora.
TikTok propuso un acuerdo detallado para abordar las preocupaciones manteniendo vínculos con ByteDance, pero el gobierno lo consideró insuficiente. Las autoridades argumentan que la magnitud de TikTok dificultaría la aplicación efectiva de cualquier acuerdo.
El caso, que incluye información clasificada como “ultrasecreta”, se dirimirá en los tribunales a partir del 16 de septiembre. La resolución de este conflicto podría sentar un precedente crucial sobre los derechos de las empresas tecnológicas extranjeras en suelo estadounidense y los límites de la libertad de expresión en la era digital.