El mundo del rock se viste de luto. Ozzy Osbourne, el legendario “Padrino del Heavy Metal” y emblemática voz de Black Sabbath, ha fallecido a la edad de 76 años. La noticia llega apenas unas semanas después de lo que fue su emotivo concierto de despedida en su natal Birmingham, dejando un silencio imborrable en la escena musical.
La confirmación llegó este martes a través de un comunicado de la familia Osbourne, difundido por Associated Press:
“Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de cariño. Les pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”.
El artista, cuyo nombre real era John Osbourne, deja un legado familiar junto a su esposa Sharon y sus hijos: Jack, Kelly y Aimee, además de tres hijos de su primer matrimonio.
Su partida coincide de manera conmovedora con la reciente reunión de Black Sabbath para el evento “Back to the Beginning”. Este concierto, anunciado como su “última despedida”, congregó a los miembros originales Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward por primera vez en dos décadas, cerrando un círculo histórico para la banda que definió un género.
Nacido el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, Ozzy encontró su vocación en la música de The Beatles, citando “She Loves You” como la chispa que encendió su pasión. En 1967, junto a sus compañeros, formó una banda que, tras varios nombres, se consolidaría como Black Sabbath. La premisa era simple y revolucionaria: si la gente pagaba por asustarse en el cine, también lo haría en un concierto.
La carrera de Osbourne fue una dualidad constante. Por un lado, era el genio musical y showman irreverente, famoso por actos escénicos que pasaron a la historia, como el infame incidente del murciélago. Por otro, luchó públicamente contra sus adicciones, una batalla que en 1979 provocó su expulsión de Black Sabbath tras grabar ocho álbumes fundamentales.
Lejos de rendirse, forjó una exitosa carrera en solitario con 11 álbumes que reafirmaron su estatus de ícono. Sin embargo, sus demonios nunca estuvieron lejos. “Mirando hacia atrás, debería haber muerto mil veces, pero nunca lo hice”, confesó en el documental de 2011 “God Bless Ozzy Osbourne”, reflejando una vida al límite.
Esta vida tumultuosa, que incluyó episodios de violencia doméstica admitidos por su esposa Sharon, encontró una extraña redención en la cultura pop con el reality show “The Osbournes”, que les valió un premio Primetime Emmy en 2002 y los convirtió en una de las familias más famosas del mundo.
En marzo de 2006, su contribución inmortal a la música fue reconocida con la inclusión de Black Sabbath en el Salón de la Fama del Rock and Roll. Hoy, su voz se apaga, pero su leyenda resonará eternamente en cada riff de heavy metal.
