En la región de La Libertad, Perú, las autoridades intensifican los esfuerzos para localizar a 17 mineros desaparecidos tras un ataque ocurrido en la madrugada del domingo en una mina del distrito de Pataz. Este suceso, aparentemente vinculado a la actividad de mineros ilegales, ha conmocionado a la comunidad local.
Labores de Rescate en Curso
Con el objetivo de encontrar a los trabajadores atrapados, la municipalidad de Pataz ha desplegado maquinaria pesada en la zona del anexo de Carhuabamba, un área de difícil acceso debido a las condiciones geográficas y al riesgo de derrumbes. Segundo Armas Villalobos, alcalde de Pataz, informó que se requiere más equipo especializado y personal capacitado para continuar con las labores de rescate dentro del socavón.
“Es un momento muy difícil para nuestra comunidad, pero no vamos a detenernos hasta encontrar a nuestros mineros,” declaró el alcalde. El ataque ocurrió a unos 5 kilómetros de la zona urbana del distrito, lo que ha complicado aún más las labores de apoyo.
Ataque a la Infraestructura y Creciente Violencia
La empresa minera Poderosa, que opera en la zona, denunció que el ataque incluyó la detonación de explosivos que destruyeron una torre de alta tensión, afectando temporalmente el suministro eléctrico. Este evento se suma a una serie de ataques similares ocurridos en los últimos cuatro años, los cuales han resultado en la destrucción de 15 torres y la muerte de 18 trabajadores de la empresa.
Según Poderosa, la situación se agrava debido a la coexistencia de operaciones mineras formales e ilegales amparadas por el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo). Esta medida ha generado conflictos en yacimientos ricos en oro y otros metales, incrementando la violencia en la región.
Impacto en la Comunidad
La creciente inseguridad en áreas mineras como Pataz pone en evidencia la necesidad de una regulación más estricta y acciones contundentes contra la minería ilegal. Las autoridades locales y las empresas trabajan contrarreloj para reducir los conflictos y garantizar la seguridad de los trabajadores.
El pueblo de Pataz espera respuestas y soluciones que permitan devolver la tranquilidad a la región, mientras las familias de los mineros desaparecidos se aferran a la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos.