Especialistas mexicanos han planteado un plan integral para mejorar la gestión del agua en la frontera norte compartida con Estados Unidos. Durante una conferencia en Tijuana, se presentó una visión a largo plazo para garantizar el acceso sostenible al recurso hídrico, en un contexto de escasez, contaminación y falta de inversión en infraestructura clave.
Bajo el título “Perspectivas de las aguas transfronterizas México-Estados Unidos: orientaciones hacia la seguridad hídrica”, el evento reunió a expertos en política hídrica binacional que destacaron la urgencia de actuar ante un panorama donde más de 23 millones de personas dependen de fuentes compartidas.
El plan, respaldado por veinte especialistas, contempla estrategias como la reutilización del agua, la protección de caudales naturales y el fortalecimiento de sistemas de monitoreo e infraestructura. Además, se analizaron los efectos del cambio climático, la distribución irregular de agua y la presión sobre los ecosistemas acuáticos.
Eduardo González Villarreal, investigador de la UNAM, recalcó que se necesitan acciones inmediatas que permitan dar pasos firmes hacia la seguridad hídrica. Por su parte, Eduardo Vázquez Herrera, director de Aguas Capital, advirtió que el tema aún no recibe la atención presupuestaria ni política que requiere, lo cual compromete la calidad del agua y aumenta el riesgo de sobreexplotación de mantos freáticos.
También alertó sobre el uso político del tema, mencionando que cada sequía en las cuencas del Bravo o del Colorado genera tensiones diplomáticas, discursos populistas y desinformación. Como ejemplo, refirió el falso argumento de que el Tratado de Aguas de 1944 favorece únicamente a México.
Ante este complejo panorama, los especialistas llaman a reforzar la cooperación bilateral, promover una gobernanza responsable y priorizar soluciones sostenibles antes de que la escasez obligue a reubicar comunidades enteras o restringir actividades económicas esenciales.