El huracán John ha golpeado con fuerza la costa sur del Pacífico mexicano, provocando inundaciones que representan un grave peligro para las comunidades costeras. La tormenta, que se intensificó rápidamente, tocó tierra la noche del lunes cerca de Punta Maldonado como un huracán de categoría 3, con vientos de hasta 190 km/h (120 mph). La rápida evolución del ciclón tomó por sorpresa a las autoridades, quienes se vieron obligadas a actualizar sus alertas para los residentes de la región.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, instó a la población a buscar refugio en zonas altas a través de un mensaje en la red social X: “Lo más importante es la vida, lo material se repone. Estaremos atentos”, señaló.
En la madrugada del martes, John se debilitó a categoría 2, con vientos sostenidos de 160 km/h (100 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC). Se espera que el huracán continúe afectando áreas cercanas a Punta Maldonado, incluyendo destinos turísticos como Acapulco y Puerto Escondido, antes de debilitarse mientras avanza tierra adentro.
Antes de su impacto en la costa, el NHC emitió alertas sobre marejadas e inundaciones repentinas “potencialmente mortales” en la región costera de Oaxaca. La intensificación rápida de John sorprendió tanto a residentes como a meteorólogos, quienes atribuyeron el fenómeno a las altas temperaturas del océano, factor que ha sido clave en la mayor frecuencia de tormentas más intensas en los últimos años.
El meteorólogo Matt Benz, de AccuWeather, destacó que este tipo de tormentas son cada vez más comunes en la actualidad: “La intensificación rápida de huracanes es algo que estamos viendo con más frecuencia en comparación con los registros históricos. Claramente, algo está cambiando”, afirmó Benz.
El ambiente en la costa de Oaxaca era tenso el lunes, mientras las autoridades emitían nuevas alertas y ajustaban las previsiones meteorológicas. La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, urgió a los residentes a evacuar sus hogares y buscar refugio en albergues establecidos por las autoridades para garantizar su seguridad.
“Es crucial que todos los ciudadanos en las zonas costeras tomen medidas preventivas”, afirmó Velázquez.
En Puerto Escondido, los negocios comenzaron a cerrar tras las advertencias. Ana Aldai, de 33 años, empleada de un restaurante local, explicó que las actividades en las playas fueron suspendidas por las autoridades, generando preocupación entre los habitantes.
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, informó que el gobierno estatal evacuó a 3,000 personas y estableció 80 refugios para atender a los afectados. Además, desplegó a 1,000 efectivos militares y personal estatal para colaborar en las labores de emergencia.
En las redes sociales, videos desde Puerto Escondido mostraban a turistas caminando bajo intensas lluvias y a pescadores retirando sus embarcaciones del agua. Las precipitaciones previas ya habían dejado algunas vías de la región en mal estado.
Aldai confesó que la repentina alerta la había dejado inquieta: “Fue todo de un momento a otro, y no hubo tiempo para prepararse ni hacer las compras necesarias”.
Benz también expresó su preocupación de que el huracán John pudiera ralentizarse al avanzar sobre tierra, lo que podría provocar mayores daños en las zonas afectadas.
La región ya había sufrido los estragos de un huracán de rápida intensificación el año pasado, cuando el huracán Otis devastó Acapulco sin dar tiempo a que las autoridades emitieran las advertencias adecuadas. Otis, uno de los huracanes más intensos registrados, dejó la ciudad sin electricidad durante varios días, con cuerpos sin vida en las calles y una gran cantidad de saqueos debido a la falta de suministros básicos.
La respuesta del gobierno de López Obrador a Otis fue ampliamente criticada por su lentitud, lo que ha llevado a las autoridades a prometer una actuación más rápida en esta ocasión. Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, indicó que su administración trabajará en mejorar los sistemas de alerta temprana, similares a los que ya se utilizan para detectar terremotos.
Se prevé que John continúe provocando intensas lluvias, con precipitaciones de entre 15 y 30 cm (6 a 12 pulgadas) en las áreas costeras de Chiapas hasta el jueves. En las zonas costeras de Oaxaca y el sureste de Guerrero, se espera que las lluvias acumulen entre 25 y 50 cm (10 a 20 pulgadas), con mayores acumulaciones en algunos puntos.
Benz advirtió que los efectos del huracán podrían sentirse durante semanas, e incluso meses, en las comunidades afectadas.