En una operación histórica, fuerzas mexicanas lograron decomisar más de una tonelada de fentanilo en el estado de Sinaloa, considerado un bastión del crimen organizado. Este golpe significativo se llevó a cabo en dos acciones separadas que reflejan el compromiso de las autoridades para combatir el narcotráfico.
En el municipio de Guasave, se detuvo un automóvil donde se incautaron dos kilogramos de pastillas de fentanilo, armas de fuego y equipos de radiocomunicación. Además, dos hombres fueron arrestados durante esta operación.
La segunda acción ocurrió en el municipio de Ahome, donde se localizaron 300 kilogramos de fentanilo junto con básculas y equipo industrial en una propiedad. En otra ubicación de la misma localidad, las autoridades hallaron más de 800 kilogramos de esta sustancia dentro de un vehículo. Sin embargo, en este caso, no se lograron detenciones, ya que los responsables huyeron antes del operativo.
El secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, calificó estas acciones como un “decomiso histórico”, destacando que representan un duro golpe para el tráfico de drogas en la región.
Estos operativos se enmarcan en un contexto de creciente violencia en Sinaloa, donde el cártel homónimo vive una intensa disputa interna entre dos facciones: una liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Los Chapitos”, y otra vinculada al histórico capo Ismael “El Mayo” Zambada.
El cártel de Sinaloa, principal responsable del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, utiliza precursores químicos provenientes de China e India para producir esta droga sintética, cuya distribución causa más de 70,000 muertes por sobredosis anualmente en el país vecino.
El decomiso coincide con declaraciones recientes del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha propuesto nuevos aranceles para presionar a los países exportadores y frenar el ingreso de drogas al territorio estadounidense, lo que ha generado inquietud en México y Canadá.