El expresidente de Bolivia, Evo Morales, descartó el domingo la reactivación de bloqueos carreteros, medida que anteriormente impulsó durante las protestas en contra de su sucesor, Luis Arce. Sin embargo, Morales advirtió que planea una marcha hacia la sede de gobierno junto a sus seguidores para abordar la crisis económica y reclamar su derecho a postularse como candidato presidencial en los próximos comicios.
Un millar de simpatizantes del Movimiento al Socialismo (MAS) reafirmaron su apoyo a Morales, de 65 años, como el “único candidato presidencial” del partido, a pesar de un fallo judicial que le impide participar. No obstante, existe una división interna en el MAS, ya que otro sector del partido respalda la gestión de Arce y cuestiona las aspiraciones de Morales.
“Estamos en estado de emergencia; hemos dado un cuarto intermedio, pero desde el lunes comenzaremos a planificar la marcha hacia La Paz”, afirmó Morales en un encuentro con sus seguidores en el centro de Bolivia. Morales hizo un llamado a la unidad y aseguró que ganarán “esta batalla.”
El conflicto entre Arce y Morales, que compiten por el control del MAS de cara a las elecciones presidenciales, ha generado tensiones en Bolivia. Recientemente, seguidores de Morales llevaron a cabo bloqueos carreteros durante 23 días para exigir el fin de una investigación penal en su contra y el reconocimiento de su candidatura. Estos bloqueos, según el presidente Arce, provocaron pérdidas económicas de 2.000 millones de dólares y complicaron la distribución de alimentos y combustibles en medio de una crisis económica.
Arce ha acusado a Morales de actuar en beneficio propio y de intentar evadir la justicia. Morales, en respuesta, acusa a Arce de conspirar para bloquear su candidatura y de utilizar el sistema judicial para neutralizar su influencia en el MAS.
A pesar de que el Tribunal Constitucional ratificó que ningún funcionario electo puede ejercer más de dos mandatos, lo cual inhabilita a Morales para postularse, el exmandatario sostiene que esta restricción no debería aplicarse hasta 2030. “Un revolucionario nunca se jubila”, declaró Morales, reafirmando su compromiso con sus seguidores y su determinación para seguir en la contienda política.