Cusco, Perú – Las manifestaciones que mantienen bloqueada la vía del tren hacia Machu Picchu han dejado un saldo de 17 personas heridas y complicaciones para alrededor de 1.500 visitantes nacionales y extranjeros, de acuerdo con el gobernador regional Werner Salcedo.
La autoridad regional recordó que ya había solicitado instalar una mesa de diálogo semanas antes de la crisis, pero recién se concretó una reunión con representantes del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo para analizar el conflicto. El tema central de la discusión es la gestión del transporte hacia el santuario y la operación de las empresas de autobuses que trasladan a los viajeros.
Debido al bloqueo, más de 1.300 turistas fueron evacuados hacia Ollantaytambo, mientras que otros 200 permanecen en la zona sin una salida clara. La interrupción del servicio ferroviario, agravada por daños en la infraestructura, obliga a algunos visitantes a caminar varias horas por las vías para llegar a un punto seguro.
El jefe policial de Cusco, Julio César Becerra, informó además que se detectó una excavación bajo los rieles que impide el uso normal de los trenes, complicando la evacuación. Esta emergencia se suma a los enfrentamientos entre manifestantes y agentes ocurridos el lunes, que ya habían dejado diez heridos.
La concesionaria Ferrocarril Trasandino S.A. intentó reactivar la salida de turistas desde Machu Picchu Pueblo, pero la operación fue bloqueada por los protestantes. La raíz del conflicto se relaciona con la exigencia de que se permita la operación de la empresa Inversiones Sumaq Ayllu San Antonio de Torontoy, cuya concesión venció, en reemplazo de la compañía Consettur, que ha prestado el servicio durante tres décadas.
El malestar aumentó después de que vagones destinados al transporte de los nuevos autobuses presentaran daños en sus frenos, lo que las autoridades califican como presunto sabotaje. La tensión continúa mientras se esperan acuerdos que garanticen tanto la seguridad de los turistas como la estabilidad en la zona.