La reciente aprobación de la reelección presidencial indefinida en El Salvador ha reavivado el debate sobre los riesgos que implica esta práctica en los sistemas democráticos de América Latina.
Con 57 votos a favor de 60 posibles, la Asamblea Legislativa —controlada por el partido del presidente Nayib Bukele— aprobó una reforma que no solo permite la reelección indefinida, sino que también extiende el mandato presidencial de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral.
Aunque el cambio marca un hito en la política salvadoreña, no es un fenómeno nuevo en la región. En las últimas décadas, países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador también modificaron sus constituciones para eliminar los límites a la reelección presidencial, lo que ha generado preocupación sobre una tendencia a la concentración de poder.
¿Qué consecuencias ha tenido este tipo de reformas?
Expertos en ciencia política alertan que permitir la permanencia indefinida de un presidente puede erosionar los principios democráticos. Mario Torrico, politólogo especializado en el tema, advierte que este tipo de medidas suele conducir hacia formas de gobierno más autoritarias.
El argumento que esgrimen los gobiernos que impulsan estas reformas es la soberanía popular: que sea el pueblo quien decida si un presidente debe continuar en el cargo. Sin embargo, analistas subrayan que hay una gran diferencia entre los sistemas parlamentarios —donde los jefes de gobierno pueden mantenerse en funciones si conservan el apoyo del Parlamento— y los sistemas presidenciales latinoamericanos, donde la elección del Ejecutivo es independiente del Legislativo y por períodos fijos.
Agustín Grijalva, exjuez constitucional de Ecuador, sostiene que esta diferencia institucional es fundamental: “En los regímenes presidenciales, forzar la reelección sin límites altera el equilibrio de poderes y puede derivar en prácticas autoritarias”.
¿Qué países lo han permitido?
- Venezuela: Durante el gobierno de Hugo Chávez, en 2009 se aprobó la reelección indefinida vía referéndum, tras una fallida consulta el año anterior.
- Nicaragua: Daniel Ortega eliminó los límites a través de una decisión judicial y luego con apoyo del Congreso.
- Bolivia: Evo Morales intentó ampliar su mandato pese a perder un referéndum; el Tribunal Constitucional lo habilitó, lo que provocó una grave crisis política.
- Ecuador: Bajo la presidencia de Rafael Correa, la Asamblea Nacional aprobó cambios que permitieron la reelección sin restricciones. Más tarde, ese cambio fue revertido.
¿Y El Salvador?
Con la reciente reforma, El Salvador se suma a esta lista, pero con una particularidad: la velocidad del proceso. En pocos días, el Congreso aprobó las modificaciones con escaso debate público. Según la vicepresidenta del Legislativo, Suecy Callejas, “el poder ha regresado al pueblo”. Sin embargo, organizaciones internacionales y defensores de la democracia ven con preocupación este tipo de maniobras, especialmente cuando ocurren bajo estados de excepción y con el poder judicial alineado al Ejecutivo.